Siramuse
Siramuse es un museo inmersivo en Siracusa donde historia, ciencia, arte y mito cobran vida a través de los relatos de quienes han vivido esta ciudad única. Desde la luz dramática de Caravaggio hasta el genio de Arquímedes, de los diálogos de Platón a la arqueología de Paolo Orsi: cada sala ofrece una experiencia cultural narrativa y sensorial entre épocas e ideas. Figuras icónicas como Federico II, con su halcón y visión del universo; Santa Lucía y su luz; Enzo Maiorca con su mar y sus desafíos deportivos y ambientales hacen de Siramuse un viaje emocionante por la historia de Siracusa. Gracias a tecnologías innovadoras y montajes inmersivos, el patrimonio histórico y artístico se transforma en una experiencia interactiva única. Y el relato continúa también en el exterior, en el patio restaurado, con la obra site‑specific de Claudio Palmieri: una conexión directa con la historia más reciente del sitio, que albergó arte contemporáneo y diseño. Siramuse no es un museo tradicional: es una galería de narraciones, un atlas emocional que invita a redescubrir Siracusa a través de lo que la hace especial.
Descubre Siramuse: un puente entre pasado y presente, entre relato y visión, para vivir Siracusa como nunca antes.
La Luz y
La Aparición
Santa Lucía y Caravaggio
Caravaggio, artista genial e inquieto, llegó a Siracusa en 1608 huyendo de Malta y de una condena a muerte. Aquí pintó El entierro de Santa Lucía, obra intensa que refleja su tormento interior. Nacido en Milán en 1571, revolucionó el arte europeo con una pintura realista y dramática. Tras matar a un hombre en Roma en 1606, vivió como fugitivo entre Nápoles, Malta y Sicilia, falleciendo en 1610.
Santa Lucía, joven aristócrata siracusana, rechazó un matrimonio impuesto en favor de su fe. Fue martirizada el 13 de diciembre del año 304 d. C. Patrona de Siracusa, símbolo de fuerza, resistencia y autodeterminación femenina. Su culto se extendió por Europa, pero Siracusa conserva su esencia mediante ritos y procesiones. Su historia sigue siendo hoy un mensaje de libertad y coraje cívico.



La Ciencia
Arquímedes
Arquímedes encarna una idea de civilización en la que ciencia y técnica son herramientas de equilibrio, justicia y belleza. Nació en Siracusa en el siglo III a. C. y se formó en Alejandría, centro del saber antiguo. De regreso estudió geometría y física, calculó π (pi) y diseñó ingeniosas máquinas para elevar agua y objetos. Durante el sitio romano de 212 a. C. defendió la ciudad con invenciones extraordinarias. Fue asesinado a pesar de la orden de perdonarle. Hoy su legado vive en Siracusa como símbolo de la ciencia como cultura compartida.
El Teatro y la
Tribuna Política
Esquilo y Platón
Platón, fundador de la Academia de Atenas, influyó en la filosofía y la política occidental con la idea de justicia como equilibrio social. En Siracusa intentó unir filosofía y poder, colaborando con los tiranos Dionisio I y II para transformar la política en un arte guiado por la sabiduría. A pesar de fracasos, su pensamiento encendió una reflexión permanente sobre la relación entre gobierno y conocimiento.
Esquilo, padre de la tragedia griega, vivió la época de las guerras persas y el nacimiento de la democracia ateniense. Sus dramas combinan poesía y compromiso cívico, abordando justicia, destino y guerra. En Siracusa encontró escenarios naturales e innovaciones escénicas ausentes en Atenas. Allí representó Los Persas, Las Etneas y Prometeo. Siracusa fue para Esquilo un laboratorio creativo, cruce de filosofía y teatro.



El Azul Profundo
Enzo Maiorca
Enzo Maiorca, siracusano y pionero de la apnea profunda, desafió los límites humanos sumergiéndose más allá de los –100 metros. Campeón mundial durante casi treinta años, revolucionó el deporte demostrando coraje físico y mental. Su pasión nació de adolescente nadando en aguas locales. Para él el mar fue también símbolo de respeto y defensa de la naturaleza. Fue uno de los promotores del Área Marina Protegida del Plemmirio. En Siracusa su nombre sigue siendo símbolo de coraje y compromiso.
El Vuelo del Halcón
Federico II de Suabia
Federico II de Suabia, emperador medieval, fue legislador, mecenas y hombre de ciencia y arte. Siracusa lo acogió varias veces, convirtiéndose junto con Palermo en el centro de sus políticas culturales y económicas. El castillo Maniace es su legado más visible, símbolo del papel estratégico de la ciudad. Desde Siracusa promulgó leyes y fundó en 1224 la Universidad de Nápoles, la primera laica de Europa. Espíritu enciclopédico, se interesó por medicina, poesía, derecho y cetrería, a la cual dedicó De arte venandi cum avibus. Su legado aún marca la historia de Siracusa y del Mediterráneo.



La Excavación Arqueológica
Paolo Orsi
Paolo Orsi, nacido en Rovereto, es considerado el padre de la arqueología en el sur de Italia. Eligió Sicilia y la Magna Grecia como foco de su trabajo y pasión. Fue acogido en Siracusa, donde introdujo el método estratigráfico en las excavaciones de Pantalica, Megara Hyblea y Camarina. Coordinó sus investigaciones con rigor, dejando cientos de cuadernos llenos de anotaciones y dibujos. Desde 1891 dirigió el Museo Arqueológico de Siracusa, hoy lleva su nombre. Su trabajo transformó la arqueología en una disciplina moderna y metódica.